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Existe una excelente solución de refuerzo de forjados de madera a base de la ejecución de una capa de compresión de hormigón debidamente conectada (*).
Esta solución no siempre es la más apropiada o incluso en ocasiones puede resultar perjudicial, veamos en que situaciones sí es acertado aplicarla:
Hay que tener presente que se trata de una intervención de refuerzo, no debe convertirse en una sustitución funcional del forjado, por consiguiente hay unos límites en el incremento de prestaciones estructurales que podríamos estimar del orden del 50%, si se precisa de mayores prestaciones se deberá plantear otros sistemas más adecuados tipo sistemas de corta luces o sustituciones funcionales.
El sistema permite realizar su ejecución de tres formas distintas, sin apuntalamiento, con apuntalamiento pasivo y con apuntalamiento activo. Esta decisión tiene unas repercusiones, tensionales y de deformación, que pasamos a analizar:
Sin ningún tipo de apuntalamiento.
A efectos tensionales las viguetas deberán soportar su peso propio más el peso del hormigón fresco (con un espesor de 5 cm de hormigón son 120 kg/m2). Con el hormigón endurecido las tensiones de flexo-compresión se relajan, pero las de flexo-tracción lo hacen en un grado muy inferior, dejando las viguetas sometidas a unas tensiones de flexio-tracción considerable.
A efectos de deformación es la peor opción, si bien obtendremos la misma rigidez final, las deformaciones generadas por la carga del hormigón fresco, más las cargas de ejecución (no debiéramos olvidar) alcanzando las mayores deformaciones por flecha del forjado.
Un apuntalamiento pasivo.
A efectos tensionales las viguetas no deberán soportar el peso del hormigón fresco, por consiguiente no se producirá ninguna variación tensional respecto al estado inicial.
A efectos de deformación es una opción intermedia entre no apuntalar y el apuntalamiento activo.
Un apuntalamiento activo.
A efectos tensionales las viguetas queda totalmente relajada, a partir de este estado todas las tensiones se generarán con la sección mixta madera-hormigón. Es la opción más eficiente en todos los aspectos estructurales.
A efectos de deformación es la mejor opción, todas las deformaciones se movilizarán contra la sección mixta madera-hormigón, lo que reduce notablemente las deformaciones por flecha.
El sistema escogido no tendrá influencia en las rigidez del forjado, pero si en la deformación por flecha final. Con el fin de mejorar la rigidez del conjunto del forjado, reduciendo así las vibraciones, es práctica habitual realizar unas conexiones transversales entre la capa de compresión y las paredes perimetrales.
Esquema básico de reparto de conectores madera-hormigón y colocación de conectores con las paredes.
(*) La conexión del forjado existente, a través de pasadores metálicos entre las viguetas y la nueva capa de hormigón es de vital importancia. Si la conexión no se produce, y una vez de rota la inicial adhesión entre el nuevo hormigón y el forjado que puede generar una falsa sensación de seguridad, el forjado no habrá mejorado sino al contrario al tener que soportar la nueva carga muerta de la capa de hormigón sin ninguna o escasa prestación estructural de mejora del forjado original.